Quemar por quemar.
Es curioso que el tema del fuego sea noticia ya comenzado el otoño. No hay duda que las peores fechas, en las que hay que tener más cuidado con los incendios son los estivales meses de Julio y Agosto, pero de curiosidades está el mundo lleno.
Es curioso que el tema del fuego sea noticia ya comenzado el otoño. No hay duda que las peores fechas, en las que hay que tener más cuidado con los incendios son los estivales meses de Julio y Agosto, pero de curiosidades está el mundo lleno.
Lo raro, lo esporádico y lo que le da más relumbrón es que no son hayedos, ni robledales, ni encinares, ni castañares, sino borbones los que arden por toda Cataluña.
Me confieso admirador de la mentalidad catalana, tanto en lo emprendedor, como en lo social, como en lo heterogéneo, en lo europeista e incluso en lo nacionalista, de ahí que haya un sector del catalanismo que tenga perdido el “seny” de esta manera tan cruel.
Aun sabiendo que son una absoluta minoría esos que se dedican a “prosopopeyar” en cuadros del Rey, el estado centralista opresor, es más que sorprendente que la calle, el catalán de a pie, esos elementos que forman el todo de la Cataluña grande que es cabeza de este país en tantos sectores, no aplaquen en la calle y en las tribunas de opinión a estos exaltados.
Parece que la sociedad catalana no se da cuenta que éste no es más que un motivo más para los anti nacionalistas, para esos que confunden la defensa de lo propio con el deseo de ruptura, de mostrar al mundo, a su mundo, cuan de salvajes son los catalanes.
Comprendo, defiendo y aplaudo sin miedo el nacionalismo pacífico. Desde el más al menos moderado. Me parece una postura que tiene los días contados en la Europa unida del siglo XXI, y que las uniones para defender lo propio, pasarán pronto por ese concepto abstacto llamado “Región Europea” que por las fronteras marcadas hace tanto tiempo cuando no había voluntad de unión en el viejo continente. Pero aún así, sabiendo que el nacionalismo o se moderniza o muere (como bien explicó ayer mi admirado Imaz), no puede caer en manos de radicales que sin discurso ni razón, salen en los medios “a lo fácil”, delinquiendo. Retaría a todos ellos a que explicaran a la sociedad, qué mal les hacen los borbones, cuánto les molesta la monarquía. Estoy seguro que a más de uno convencían. Pero el discurso apoyado en vandalismo, delitos contra el poder establecido y disturbios callejeros, es un discurso, mal, muy mal cimentado.
Feo favor se hacen al nacionalismo independentista, feo favor le hacen estos chicos a Cataluña.
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